Artículo de opinión escrito en el 2018, en el cual se expone y analiza la representación de la mujer en redes sociales, junto con el impacto que esto ha tenido con el movimiento feminista en Latinoamérica Escrito por: Emma Velasquez Mariucci “Nuestra dignidad ha sido despedazada por medios que buscan uso de nuestros cuerpos, que los distorsionan; que nos transforman en objetos, en bienes de consumo vendible”-Kamla Bhasin Recuerdo la primera vez que leí una revista. Estaba de compras en un centro comercial, y entre a la librería porque estaba buscando un regalo para mi papá. Decidí ir a ver la sección de las revistas, pues nunca me había llamado la atención, pero estaba bastante intrigada por conocerla. En esa época tenía alrededor de 12 años, por ende, la primera revista que me llamó la atención fue “Seventeen”, una revista exclusiva para adolescentes. Me senté en una esquina y comencé a leer con emoción; cada página que pasaba era o de chicos o de como tener el cuerpo perfecto. Artículos como “El secreto para tener el cuerpo perfecto” o “10 maneras de conquistar a un chico” llenaban mi mente de preguntas. ¿Esto por qué es relevante? Como solo tenía 12 años, decidí ignorarlo y seguir leyendo. Pero, a medida que fui creciendo, me interesó más el tema de la mujer. Así, comencé a leer e investigar acerca del movimiento feminista, y me enfoqué en el que ocurrió en Latinoamérica por el que nació un gran interés. Después de leer varios artículos, llegó a mi mente una pregunta que, hasta el día de hoy, no he podido contestar completamente: ¿Qué tan importante fue el surgimiento de los medios de comunicación en el movimiento feminista en Latinoamérica en el siglo XX? Ante esta pregunta, investigué un poco más sobre el movimiento en otros países y llegué a la conclusión de que el surgimiento de los medios de comunicación, al difundir una imagen de la mujer patriarcal y falsa, estancó el movimiento feminista en Latinoamérica a mediados del siglo XX. Los medios de comunicación del siglo XX en Latinoamérica transmitieron una ideología patriarcal de la clase dominante. Dicho en otras palabras, el surgimiento de estos medios hizo que solo se escuchara la voz del hombre y, consecuentemente, se apagara la de la mujer. Durante esta época, no era usual que la mujer fuera educada ni trabajara. (Vitale, 1998) Cuando surgió esta novedad, se abrió una nueva oportunidad de trabajo; ser periodista. Debido a las costumbres de este siglo, la labor de ser periodista solo le correspondía al hombre, y, como resultado, el mundo se concentró en el punto de vista del hombre. Las mujeres fueron cegadas por una falsa realidad, que fue asumida de manera conforme, y el movimiento feminista en países como Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Colombia y demás fue desvaneciéndose, y por 30 años no se volvió a escuchar de ellos (El movimiento feminista Latinoamericano del siglo XX, 1995). Como ese trabajo estaba destinado para los hombres, les revistas más importantes de la época solo permitían que muy pocos artículos escritos por mujeres fueran publicados. Por ejemplo, la revista Letras y Encajes, de Colombia, publicó un artículo promocionando una “Escuela de Domesticidad” para las mujeres. El artículo tenía como función anunciar la apertura de esta escuela, un lugar donde las mujeres podían aprender a cocinar, limpiar y, aunque este artículo fue escrito por una mujer, es claro que la idea que resaltaba era la opuesta a la de este movimiento (La lucha de las mujeres en America Latina, 2007). Mientras estas voces se destacaban, las mujeres que seguían firmes con el movimiento se veían impedidas, ya que su voz no era escuchada. Este es un momento para reflexionar y pensar, si es justificable que, durante tantos años, los medios de comunicación hayan esparcido solo el pensamiento del hombre. Los medios de comunicación, a través de diferentes contenidos, crearon una imagen falsa de la mujer, ya que su cuerpo fue modificado para vender los productos que se promocionaban. De esta manera, los objetos del hogar comenzaron a ser promocionados a través del cuerpo de la mujer, puesto que el pensamiento de la época era machista. Y, por consiguiente, la lucha por la igualdad de trabajo, del voto y del ámbito social, fueran echadas a un lado, y el mundo se volvió a enfocar en la mujer doméstica. El Instituto mexicano de la Radio, a través de una investigación, concluye que “la programación dirigida a mujeres continúa cargada de contenidos que reproducen los estereotipos de género, puesto que refuerzan el papel de subordinación de la mujer.” (Instituto Nacional de las mujeres) Es decir, los programas de radio se enfocaron en proyectar la imagen de la mujer domestica a través de programas como “Cocina para ti”, “Hablemos de los hombres” y “Las amas de casa”. A través de estos programas de radio, la mujer era promocionada como una sirvienta, la cual tenía como trabajo atender a todas las necesidades de su esposo; lucir hermosa para que el hombre la encuentre deseable, cocinarle al hombre y mantener la casa impecable. Además de promocionar productos de aseo, estos anuncios convirtieron a la mujer en un objeto. Como el propósito de la revista es vender, y está dirigida a los hombres debido al analfabetismo de las mujeres, aparece la famosa mujer “sexy”, que tenía una figura perfecta y completamente irreal. En consecuencia, todo el avance hecho a principios del siglo fue reversado, ya que la imagen de la mujer como objeto apareció de nuevo. Si tenemos en cuenta todos estos antecedentes, ¿es justo pensar que la imagen de la mujer sea solo para satisfacer al hombre? Por otra parte, no hace falta recalcar que el surgimiento de los medios de comunicación hizo que las ideas y el conocimiento se esparciera por el mundo de una manera más veloz y eficaz. Los medios de comunicación transformaron al mundo y lo globalizaron, ya que la información se podía esparcir en periodos de tiempo más cortos, y con una mayor efectividad de que el mensaje sí fuera el original. Muchas personas de todas partes del mundo podían estar enteradas de lo que estaba pasando en la actualidad, lo que le permitió a la mujer la posibilidad de estar comunicada con millones de personas a través del planeta, y que millones de mujeres compartieran ideas e historias. Además, le dieron a la mujer la posibilidad de abrirse al mundo. “En otras palabras, sin medios de comunicación no existiría la posibilidad de enviar y recibir mensajes.” (De los Ríos, 1997) Es cierto que los medios de comunicación globalizaron al mundo, y la información se transmitió más fácilmente, pero, son más las desventajas que las ventajas que trajeron los medios de comunicación al movimiento feminista. No se puede decir que los medios de comunicación ayudaron a esparcir el movimiento feminista, ya que la participación de la mujer en estos fue mínima. “La publicidad [presentó] un modelo estereotipado de la mujer no acorde con su realidad, y las personas que la [vieron] [dejaron] que esto [sucediera], [permitiendo] de forma pasiva que [sus] hijos e hijas [aprendieran] modelos de actitudes que [definieron] sus necesidades y que desgraciadamente [crearon] un falso «yo», convirtiendo a nuestros menores, sobre todo a las niñas, en «figuras para agradar»” (Bonilla, 2007) Los medios de comunicación nos enceguecen, y nos encadenan a una falsa realidad, donde la mujer es solo visto como una pertenencia, no un ser humano, tal como lo dijo la feminista india Kamla Bhasin. En síntesis, la creación del internet y de los medios de comunicación afectó de manera negativa al movimiento en Latinoamérica del siglo XX, y llevó a que la sociedad volviera a mirar a la mujer como un ser inferior, y que su único rol fuera cuidar la casa y su marido. Las revistas y los programas de televisión promocionaron a la mujer como un objeto sexual para poder obtener una mayor clientela, y se deshumanizó a la mujer, quien llevaba luchando desde años atrás por reconocimiento. Así, el mundo se comenzó a fijar en los estándares de belleza, y la presión social por tener el cuerpo perfecto devoró a las mujeres. Se comenzaron a fijar más en lo de afuera que en lo interior, y dejaron a un lado el reconocimiento por la belleza. Vale la pena reflexionar si queremos intercambiar la voz por la apariencia… y si queremos conformarnos con el mundo, o cambiarlo. En mi caso, yo quiero cambiarlo, y propongo que deberíamos de romper con ese paradigma de que la mujer solo es deseada como un objeto sexual. Hay que reformar la manera en cómo se “exhibe” a la mujer en los medios de comunicación; comenzar campañas de belleza donde se promueve la diversidad, el amor propio y a la mujer como un ser independiente, fuerte y capaz.
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AutorEmma Velasquez Mariucci Hola, mucho gusto. Mi nombre es Emma. Nací en Cali, Colombia y actualmente estoy estudiando en Milan. ¡Espero disfrutes mis artículos! Si deseas saber mas de mi, puedes oprimir el botón de "profile" ubicado en la parte superior de la página web.
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